sábado, 16 de mayo de 2009

TRAS LA MÁSCARA DE PIRANDELLO



Renovador del teatro a principios del siglo pasado, novelista, poeta, Luigi Pirandello fue mucho más que el autor de Seis personajes en busca de autor (1921), obra por la que alcanzó la fama. El productor Andrea D’Odorico y la directora Natalia Menéndez han querido sumergirse en sus cuentos para llevarlos a escena con un elenco de siete actores, entre ellos Antonio Zabálburu y Lola Casamayor. Los cinco relatos de Tantas voces pertenecen a los 241 de Cuentos para un año, y pudimos verlos en las Naves del Español del Matadero.

"Es un autor que te mueve los cimientos, me divierte tanto", señala Natalia Menéndez, directora de Tantas voces, "me gustan sus contradicciones, su genio duro, su vehemencia, en su obra ha reflejado su vida, su relación con su madre, su esposa, hija, está todo ahí, la relación con la locura, su idea del ser o no ser, o de ser muchos tiene que ver con la esquizofrenia, con la paranoia".

Pirandello concebía la escena -a la que se dedicó fundamentalmente después de la gran guerra- como el marco más adecuado para plantear las grandes reflexiones vitales del hombre: el ser y el parecer, la verdad, el tiempo, la muerte… El teatro era para él el gran espejo del ser humano. "Aunque", matiza Natalia Menéndez, "tenemos de Pirandello una imagen muy seria y tiene mucho humor, una de las cosas que más me gusta de él es que es una persona que quiere y desea vivir aunque tiene miedo a la vida".

Ahí están esos personajes, hombres sofocados por convenciones y obligaciones pero que ansían una libertad y que a veces se arrancan la máscara, rompen con las formas y se rebelan. Y ese humor, el humorismo, que el dramaturgo distinguía de lo cómico por su percepción de la fragilidad humana, de lo trágico.

LLEGAN LOS FESTIVALES

Ya es primavera en el teatro. La calle se torna escena. Las nuevas ideas afloran. Empieza la campaña festivalera.

I FESTIVAL DE TEATRO DE NUEVAS TENDENCIAS CRICOT
Del 5 al 31 de mayo
Inspirados por el espíritu inconformista, vanguardista e independiente del Cricot 2 Teatro que Tadeusz Kantor fundó en 1955, los responsables de la sala Tarambana, elemento de agitación artística constante en el madrileño barrio de Carabanchel, inaugura su primer Festival de Teatro de Nuevas Tendencias Cricot. Del 5 al 31 de mayo Tarambana se convierte en un centro de investigación y desarrollo de nuevas vías para la comunicación escénica, con diez citas con el teatro, la música y la danza.

I FESTIVAL DE CALLE LUNÁTIC@S
Días 14, 15 y 16 de mayo
La compañía Yllana, principal animadora del Teatro Alfil, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, aparca este año su habitual Festival Internacional de Humor (FIHUM) para llevar, durante tres días que coinciden con el punto álgido de las fiestas de San Isidro, todo ese humor a la calle. Esto que se ha dado en llamar Lunátic@s se celebrará, los días 14, 15 y 16 de mayo en la Plaza de la Luna (cuyo nombre oficial es Plaza de Santa María Soledad Torres Acosta, por si alguien se pierde), a escasos quinientos metros del Teatro Alfil. Allí se darán cita nueve compañías, tres por día, entre las seis y las nueve de la noche.

CITAS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS


TRACES
Teatro Circo Price.
Del 19 al 23 de mayo.
Compañía Les 7 doigts de la main.
Para todos los públicos.


La compañía canadiense Les 7 doigts de la main presenta un espectáculo para toda la familia que fusiona el circo contemporáneo con la cultura urbana en una propuesta muy personal. Traces contiene tanto teatro, dibujo y danza como monopatines y balones de básquet, todo acompañado de increíbles acrobacias y con un deseo confeso de reflejar la autenticidad y la grandeza del hombre. Proyectados sobre un austero decorado de madera y metal reciclados, y a la vez empujados por una fuerte necesidad de expresarse, los protagonistas plantean de fondo una reflexión poética sobre la supervivencia. Un espectáculo, en definitiva, que viene de triunfar en Canadá, Corea, Francia, Inglaterra y Barcelona.

EL PODER NO ES DE OBAMA


Segunda obra de Eugène Ionesco tras La cantante calva, La lección es una pieza combativa contra la autoridad, el poder y la educación. El director catalán Joan María Gual apuesta por un montaje íntimo y por una lectura que subraya su hilaridad y que bucea en todas las aristas del poder. En la Sala Pequeña del Teatro Español hasta el 21 de junio.

Tras charlar con Joan María Gual uno vislumbra que en ciertas zonas, en ciertas miradas, su forma de sentir se aproxima hasta tocar la de Eugène Ionesco (Slatina, Rumanía, 1909- París, Francia, 1994). Mi padre no fue un oportunista consciente, creía en la autoridad. Respetaba al Estado. Creía en el Estado, fuese el que fuese. A mí no me gustaba la autoridad, yo detestaba al Estado, no creía en el Estado, fuese el que fuese, escribió en sus diarios el dramaturgo (Diario en migajas: presente pasado, pasado presente. Ed. Páginas de espuma). Ionesco odiaba la autoridad, la sociedad patriarcal, era antimilitarista… y escribió La lección en 1950

“Esta obra sigue teniendo mucha vigencia, la vida al final son una suma de ejercicios de poder con los amigos, los padres, los profesores, con el ejército, con la iglesia. Pero el poder real”, continúa Joan María Gual, “el que me crispa, el que me revuelve las tripas, no lo tiene ni Obama, es ese el poder que viene representado por la Sirvienta (interpretada aquí por Maica Barroso). Es el poder sin cara, ese que ha generado esta crisis, el que dice a Obama donde hay que hacer una guerra o donde hay que quitar dinero para que se produzca una crisis o donde hay que insuflarlo para que las necesidades de la sociedad sean las que a ellos les interese: ese es el poder, esa es la criada”.

TRES MIRADAS SOBRE VALLE-INCLÁN

Ana Zamora, Salva Bolta y Alfredo Sanzol dirigen respectivamente a propuesta del Centro Dramático Nacional Ligazón, La rosa de papel y La cabeza del Bautista, tres de las piezas cortas que integran Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte de Ramón del Valle-Inclán. Han querido partir del misterio, huir de los lugares comunes y los prejuicios y preguntarse quién era Valle. En el Teatro Valle-Inclán de Lavapiés hasta finales de junio.

El gran director José Luis Alonso decía que “materializar sobre un tablado cualquier obra de Valle-Inclán es la labor más arriesgada con la que jamás puedan enfrentarse unos actores y un director". De misterio, de exploración hablan Ana Zamora, Salva Bolta y Alfredo Sanzol. ¿Quién es para ellos Valle-Inclán?

Alfredo Sanzol (La cabeza del Bautista). "Valle es un reto, no es un tópico. Siempre se habla de la fuerza plástica de su palabra, pero para mí el descubrimiento ha sido la acción, el subtexto en Valle, los huecos que hay en cada frase, en los que el pensamiento humano se mueve. Ese ha sido para mí el descubrimiento, siempre se habla de Chéjov como el maestro en este campo y para mí Valle está a la misma altura de dificultad y humanidad".


Ana Zamora (Ligazón). "Es uno de los grandísimos dramaturgos en castellano y se ha representado mucho menos de lo que se debiera. Para mí el reto era ver qué hay detrás de este autor más allá de tópicos que tú mismo te autoimpones. Yo con Valle me he entendido. He tenido una obsesión enorme: ponerme por debajo de él, que las ideas de dirección estuvieran siempre en función del substrato de su propuesta literaria, porque es muy literaria, y dramática, porque también es acción pura como decía Alfredo".


Salva Bolta (La rosa de papel). "Cuanto más la lees más te das cuenta de que lo que pide es imaginación; no está escrita para hacerla de una forma concreta sino de una manera misteriosa. El reto es encontrar ese código, si no es teatro naturalista ¿qué es? El vértigo ha sido intentar encontrar un código coherente que sirviera para el espectador de hoy. Y luego, si es posible, me gustaría que mantuviera el lirismo de todas las palabras, y que fuera un arma de revulsión. Valle era un activista, yo creo que escribió esta pieza para reventar conciencias, para que observáramos la vileza de la condición humana como algo propio".

LAURENCE BOSWELL: AMOR POR LOPE



Considera que su mayor logro ha sido dar a conocer el Siglo de Oro en su país, Inglaterra. Al margen, bromea, de dirigir a Madonna en el West End y vivir aún para contarlo. Laurence Boswell (Londres, 1959), director asociado de la Royal Shakespeare Company, es el creador no hispanohablante que mejor conoce el Barroco español. Ha montado más de una docena de obras del periodo y su ciclo en el pequeño Gate Theatre recibió un Premio Olivier en 1997. Junto a los españoles RAKATá presenta en los Teatros del Canal Fuenteovejuna hasta el 7 de junio.

¿Qué encuentra en los autores del Siglo de Oro?
Una pasión profunda, temas muy ricos y grandes historias. Me gustan las obras que conectan directa y emocionalmente con el público. Obras que pueden ser entendidas por cualquiera. Mis gustos son populares; yo preferiría sentarme en el Bernabeu y ver cómo el Manchester United gana al Real Madrid en la Liga de Campeones que ir a la Royal Opera House en Covent Garden. En las mejores obras del periodo puedes encontrar una historia intelectualmente compleja, emocional, apasionante y mantener a la audiencia al filo de sus asientos preguntándose qué pasará luego. Y este es mi tipo de teatro.

Fuenteovejuna ha tenido muy diversas interpretaciones a lo largo de la Historia. ¿En qué ha querido incidir usted y la compañía RAKATá?
Mi plan fue abordar todos los aspectos y no limitar a Lope o a mí mismo. Presento la obra con el 95 por ciento del texto de Lope. Esta es una obra sobre el amor: el amor romántico entre jóvenes, el amor que un líder puede sentir hacia su gente, el amor entre amigos, sobre el riesgo de la gente sin amor. Trata de política, de una revolución violenta. Habla sobre la tiranía, la crisis de los cuarenta, las responsabilidades que tenemos con el otro como parte de una comunidad. La lista es interminable. Es quizás la mejor obra de Lope en su género: un drama de honor campesino. Es única al establecer como héroe a una comunidad, creo que esta es su mayor aportación.

¿Para cuándo una colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) dirigida por Eduardo Vasco?

Hemos estado hablando desde hace ya algunos años de mi colaboración con la Compañía. Tenemos un proyecto que debo guardar en secreto, estamos buscando la mejor fecha. Para mí es un honor.

TEATRO PARA SANAR

Caídos del cielo es una obra sobre personas sin hogar interpretada por personas sin hogar y arropada por otros actores y un equipo creativo encabezado por Paloma Pedrero, autora y directora del montaje. Tras casi nueve años en el taller de teatro de la Fundación RAIS, el colectivo ha querido hablar en un escenario sobre sus vidas, rotas en algún momento. Estrenada el pasado Festival de Otoño, vuelven ahora al Teatro Fernán Gómez. Después les esperan otras citas, también internacionales.

Cuenta Paloma Pedrero que el teatro cura. Un dato hermoso: en estos momentos todos los actores de Caídos del cielo duermen bajo techo. No era así cuando hace casi nueve años comenzaron a frecuentar el taller de teatro de la Fundación RAIS. Algunos quedaron en el camino, pero hoy existe una compañía compacta con una formación y una técnica que se aproxima a la profesional. Y muestra de ello es esta obra en la que es difícil diferenciar entre los intérpretes sin hogar y los convencionales.

Tras algunas lecturas dramatizadas hace un año el colectivo se sintió preparado para abordar un montaje de envergadura. Cuando planteamos qué obra queríamos montar, estuvo claro, un trabajo reivindicativo, querían tomar la voz, contar quiénes eran, cómo viven, a partir de ahí me puse a escribir la obra inspirada en ellos, cuenta Paloma Pedrero. En ellos y en una víctima de la marginación, Rosario Endrinal, la mujer indigente que en 2005 fue quemada viva por tres jóvenes en un cajero de Barcelona.

Sí, en Rosario Endrinal también pero, matiza la autora, es una obra muy coral, en la que todos se expresan. Paloma Pedrero ha sido galardonada con el Premio Talía de la UNESCO por Caídos del cielo. El proceso de creación de la pieza ha sido recogido en el documental Caídos del cielo.doc. De la calle al escenario, del realizador Daniel Sousa. Lo disfrutaremos también los días 12 y 14 de mayo en el Teatro Fernán Gómez.